Causas físicas de la DE

La disfunción eréctil (DE), descrita a menudo como la incapacidad de lograr o mantener una erección suficiente para mantener relaciones sexuales, tiene diversas causas físicas. Una de ellas es el estrechamiento de los vasos sanguíneos que conducen al pene. Afecciones como las cardiopatías, el colesterol alto, la hipertensión y la diabetes contribuyen significativamente a este problema. Tampoco puede descartarse el papel de la obesidad en el agravamiento de estas enfermedades. Otros factores, como traumatismos en las arterias o anomalías en las arterias y venas del pene, pueden agravar aún más la situación.

Causas neurológicas de la disfunción eréctil

Los problemas nerviosos desempeñan un papel crucial en la disfunción eréctil. Enfermedades crónicas como la diabetes, la esclerosis múltiple y el alcoholismo crónico pueden provocar problemas nerviosos. La intoxicación por metales pesados, las lesiones nerviosas y de la médula espinal y otros tipos de daños nerviosos también pueden provocar disfunción eréctil. Dado que el sistema nervioso es clave para lograr y mantener una erección, cualquier alteración puede dificultar el rendimiento sexual.

Causas psicológicas de la disfunción eréctil

Aunque los aspectos físicos de la disfunción eréctil están bien documentados, los factores psicológicos son igualmente potentes. A una persona con disfunción eréctil le resultará difícil conseguir o mantener una erección lo suficientemente firme para mantener relaciones sexuales, lo que afectará a su salud mental. La depresión, la ansiedad, el estrés y los problemas de pareja pueden interferir en las sensaciones sexuales. La ansiedad de rendimiento, un tipo de estrés específicamente relacionado con el miedo al fracaso sexual, es otro factor psicológico importante que contribuye a la disfunción eréctil.

Enfermedades y afecciones que provocan disfunción eréctil

Varias enfermedades y afecciones pueden provocar disfunción eréctil. Entre ellas destaca la diabetes tipo 2, sobre todo por su relación con el daño nervioso. Las enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos pueden afectar al flujo sanguíneo, otro componente crucial para mantener una erección. Los tratamientos para el cáncer de próstata, incluidas la radioterapia y la cirugía, también pueden contribuir a la disfunción eréctil. Curiosamente, un número significativo de hombres declararon la aparición de problemas de erección entre los 50 y los 69 años. Es importante señalar que padecer enfermedades crónicas y otros factores de riesgo también puede influir en la aparición de la DE.

Otros factores que influyen en la DE

El estilo de vida y los hábitos desempeñan un papel en la disfunción eréctil. El tabaquismo, por ejemplo, puede provocar trastornos que desemboquen en disfunción eréctil. Estudios recientes destacan el efecto positivo del ejercicio sobre la disfunción eréctil. La actividad aeróbica de moderada a intensa puede mejorar la disfunción eréctil, e incluso el ejercicio regular menos intenso puede reducir el riesgo de disfunción eréctil.

Los medicamentos también pueden influir en la disfunción eréctil, tanto positiva como negativamente.

Por ejemplo, los medicamentos orales como Viagra, Cialis, Levitra, Staxyn o Stendra pueden aumentar el flujo sanguíneo al pene durante la excitación, ayudando a conseguir una erección satisfactoria.Sin embargo, es fundamental recordar que casi todos los casos de disfunción eréctil son tratables.Un tratamiento adecuado no sólo puede aliviar los síntomas, sino también mejorar la salud física y emocional general de la mayoría de los pacientes, mejorando la intimidad de las parejas.